3 de Septiembre 2013
Fitzcarraldo es una película monumental. Creo que el adjetivo es justo.
En este filme, Herzog nos muestra a un amante de la ópera que busca construir un teatro en medio del amazonas para la representación de esta. El objetivo es ambicioso y hasta extravagante. Para su logro, nuestro personaje busca incursionar en el negocio del caucho.
En esta aventura, el paisaje que se muestra es de una belleza excepcional, exclusiva del trópico. El espectador, frente a la excelencia de la fotografía, puede llegar a sentirse diminuto: en esto contribuye la densidad de la selva, el caudal del río, y sobre todo, la perplejidad de los personajes frente a lo indómito del espacio que exploran. Una película que es la busca de un sueño, una muestra de intransigencia y tenacidad, que tiene como fin más alto la belleza que otorga –o que es- la música.
LEVR
No hay comentarios:
Publicar un comentario